Los bosques en nuestro planeta cumplen con significativas funciones para conservar los ecosistemas y combatir el cambio climático.
En la actualidad, causas naturales y principalmente la mano del hombre han provocado que la pérdida de vegetación en áreas silvestres vaya en aumento.
Produciendo graves efectos en el medioambiente tales como la pérdida del hábitat de miles de especies y la pérdida de los mayores almacenes de carbono que ayudan a mitigar el calentamiento global.
Según datos divulgados por el Instituto de Investigaciones Espaciales (INPE) La selva amazónica brasileña perdió 8.426 km2 en 2020 a causa de la deforestación y en el mundo se han perdido 178 millones de hectáreas de bosque entre 1990 y 2020 según informe de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Desde la sociedad civil se han levantado diversas propuestas para combatir estas significativas pérdidas de ecosistemas y el deterioro del planeta tales como la reforestación.
EN QUÉ CONSISTE
En palabras simples, la reforestación consiste en repoblar un terreno con nuevos árboles que en un pasado reciente fueron deforestados por razones naturales, económicas y sociales: tala indiscriminada, ganadería, urbanización, incendios y plagas son algunas de ellas.
La idea principal de reforestar consiste en plantar especies nativas que traigan beneficios al ecosistema donde son insertos.
Entre los múltiples beneficios de crear una gran extensión de tierra con árboles nos encontramos con:
Reducción del efecto invernadero: los bosques, para realizar su proceso de fotosíntesis, absorben el CO2, principal gas responsable del efecto invernadero y calentamiento de la atmósfera terrestre. Según datos otorgados por organizaciones como CONAF Y FAO un árbol puede absorber hasta 150 kg de CO2 al año.
Por consiguiente, los bosques son grandes productores de oxígeno para el planeta. Una persona necesita cada día entre 7.200 y 8.600 litros de oxígeno, lo que equivale a 22 árboles diarios para que produzcan lo necesario para vivir.
Mejoramiento del suelo y conservación del agua: los árboles son grandes agentes que permiten la conservación del agua y disminuyen la erosión del suelo que está bajo ellos. Regulando así importantes procesos del ecosistema como la absorción de nutrientes, descomposición y disposición del agua ya que una parte de la que reciben se queda disponible en sus raíces y otra se infiltra en los acuíferos y napas permitiendo reponer el suministro de agua dulce para el territorio. Recuperación del hábitat para la biodiversidad terrestre: los bosques albergan un gran número de especies de flora y fauna, entregando alimento y refugio.
CHILE Y MONUMENTO PATAGONIA
Según los datos del Centro Mundial de Vigilancia de la Conservación del Medio Ambiente de las Naciones Unidas (PNUMA- CMVC) y cálculos hechos por National Geographic Society, La Ruta de los Parques de la Patagonia almacena tres veces más carbono por hectárea que la Amazonía, convirtiéndose en un lugar clave en el continente para combatir la crisis climática.
Chile no está ajeno de la tala indiscriminada de bosque nativo produciendo así importantes consecuencias en sus ecosistemas. Por consiguiente, surge la importancia de preservar el bosque ya existente y fomentar la plantación de bosque nativo y no exótico como el pino, ya que este último produce efectos contrarios como sequía de suelos.
MONUMENTO PATAGONIA se convierte en el llamado a generar conciencia de la crisis climática, a educar y comunicar sobre la importancia de plantar los 22 árboles que necesitamos para vivir y de esta manera, compensar la huella de carbono. Asimismo, busca ser el Kilómetro Cero del comienzo de la restauración del planeta.